Olvídate de la sangre, olvídate de aquel que quiso enseñarte aplicando la regla de los cinco... de los cinco dedos de su mano que parecía una raqueta, hijoputa...
La letra con un buen Maestro y un poco de Cava Ferret.... entra sola.
* Por cierto, a ese profesor que me quiso enseñar de aquella manera... decirle: nada te debo, por que nada pude aprender... de aquella manera.